domingo, 7 de junio de 2020

EL ORIGEN DE LA VIDA. La naturaleza habla sin cesar.

EL ORIGEN DE LA VIDA

La naturaleza habla sin cesar





Pick Lane, del londinense University College, y William Martin, de la Universidad de Dusseldrf, has sugerido que, si bien el paso de sencillos procariotas a complejos eucariotas fue un evento único, no ocurrió como resultado de la acción de la selección natural, sino que fue consecuencia de un repentino salto bioenergético en la capacidad de su genoma. Según ellos, la presencia de mitocondrias en casi todas las eucariotas demuestra que mitocondrias y células comparten en todo caso un origen común. 


El evolucionista Douglas Palmer menciona que la presencia de las mitocondrias pudo haber causado este importante salto evolutivo hacia adelante.


A pesar de servir para los evolucionistas como salto evolutivo entre lo aparentemente sencillo y lo complejo, lo cierto es que las mitocondrias tienen partes muy complejas e interdependientes y funciones igualmente complejas.


En la segunda mitad del siglo XIX, tras la publicación de El origen de las especies de Darwin, se creyó que en las rocas de épocas anteriores a la de la aparición de las formas más complejas de vida pronto se encontrarían restos fósiles de organismos primitivos, es decir, en las rocas precámbricas, ya que las primeras formas de vida se encuentran en las rocas cámbricas.


Darwin escribió lo siguiente: "La dificultad para explicar con razones válidas la ausencia de amplios asientos de capas fosilíferas, por debajo de las formaciones del sistema cámbrico superior, sigue siendo enorme." (Origen de las Especies, pág. 385).


Ya en 1929 el paleontólogo M. Caullery expresaba su decepción: "Podía esperarse que la paleontología hubiera conservado, en los estratos más antiguos, no sólo ciertas formas primitivas, sino incluso conjuntos faunísticos correspondientes a fases iniciales de la evolución. Esta esperanza no se ha cumplido" ( M. CAULLEY, Les aspects principaux actuels du probléme de l'évolution, en  L'évolution en biologie, Paris, 1929, Pág. 11).


No obstante se han descubierto algunos indicios de vida en las capas precámbricas; los primeros fósiles precámbricos se hallaron en la década de 1950, en el chert de Gunflint, una formación de rocas en hierro bandeado: se encuentran en los estratos del principio del Precámbrico y presentan una característica alternancia de franjas de hematíes rojos con chert silícico y esquistos arcillosos; hoy valiosa fuente de mineral de hierro, de su formación se deduce que se crearon en aguas carentes de oxígeno.


Los restos que se encontraron se considera que pertenecieron a microbios de fotosíntesis llamados cianobacterias: una especie de microbios capaces de realizar fotosíntesis como las plantas actuales. Aunque ya no son los fósiles más antiguos, porque en un reciente descubrimiento en las galerías de la mina de oro de Agnes, son clasificados como acritarcos: incluyen restos de una amplia variedad de clases de organismos, bacterias, arqueas o eucariotas, (las células que mencionamos anteriormente), pero su origen sí que es incierto.


Bien afirman Jean Flori y Henri Rasolofomasoandro en el libro ¿Evolución o Creación? que se tratan de organismos microscópicos, pero cuyo elevado de nivel de complejidad asombra, y que no tienen nada de primitivo. Ya vimos solo la supuesta célula sencilla, la complejidad que tiene.


Si los evolucionistas tuviesen razón debería encontrarse, justo en estas capas del precámbrico, los antepasados de las numerosas y ya muy diversificadas especies existentes en el Cámbrico. En efecto, como menciona L. MORET en su libro Précis de géologie, Paris, 1967, pág. 314, ed. 5ª.: "La fauna se completa y puede decirse que ya desde esta época existen las líneas maestras de la clasificación. En consecuencia, fue mucho antes del Cámbrico, probablemente durante el Precámbrico, cuando quizá tuvo la fase principal de la evolución, la responsable de la individualización de esos grupos primordiales." Pero no hay ni rastro.


¿Cómo explicar esta extraña ausencia, teniendo en cuenta que el Precámbrico habría durado varios cientos, incluso miles de millones de años? Los depósitos precámbricos son numerosos y a veces alcanzan considerables espesores, de orden de 1.000 a 1.500 metros. ¿Es razonable creer que, durante todo ese tiempo en tanta cantidad de depósitos, no se fosilizara ninguna de esas formas vivas en proceso de evolución progresiva?


"He aquí un duro golpe para la doctrina evolucionista, que debería, lógicamente, haber enfriado los ánimos respecto a dicha tesis. Pero, a pesar de todo, subsistió. En lugar de abandonar una teoría que no se ajustaba a los hechos, se conservó y se trató de explicar por qué los hechos no concordaban con ella. Así se imaginaron todo tipo de razones para justificar esta laguna" afirman Jean Flori y Henri Rasolofomasoandro en ¿Evolución o Creación?. Entre las razones ellos destacan dos:

1. Se supuso que los primeros organismos tenían un cuerpo blando, sin esqueleto, y por tanto imposible de fosilizare.


Y efectivamente, así lo afirma el evolucionista Douglas Palmer "Como todos los organismos precámbricos tenían un cuerpo blando, no debe extrañar que no se preservaran. Además, cuanto más antiguas sean las rocas, menor es la probabilidad de que se hayan conservado sin sufrir extensas transformaciones o distorsiones."


Pero se conocen fósiles de animales de estas características, con cuerpo blando, procedentes de otras capas. Además, dicha suposición no explica la brutal aparición de todos los animales con caparazón o esqueleto en capas superiores.


2. Se pensó en justificar esta ausencia mediante el metamorfismo, que habría sido la causa de la destrucción de los fósiles representantes de los primeros esbozos rudimentarios de la vida. La explicación era ingeniosa, porque de este modo podía afirmarse: las formas vivas primitivas existieron, pero sus fósiles han desaparecido en el metamorfismo. Nunca se encontrarían. Como escribía E. Guyénot, "los archivos más antiguos de la vida están, pues, perdidos para siempre" (E. GUYÉNOT, Deux problèmes insolules de la biologie transformiste, Ginera, 1950, pág. 21.)


Metamorfismo: transformación sin cambio de estado (solido a líquido, líquido a gas, gas a plasma...) de la estructura o la composición química o mineral de una roca cuando queda sometida a condiciones de temperatura o presión distintas de las que la originaron o cuando recibe una inyección de fluidos.


Por desgracia, se ha demostrado después que existen numerosas capas precámbricas que jamás han experimentado metamorfismo y son, pues, perfectamente aptas para la fosilización, por lo que deberían encontrarse fósiles primitivos. Pero no aparecen, lo que constituye u enigma para los evolucionistas. Así, el profesor N.D. Newell, de la Universidad de Columbia, reconoce que todas las teorías expuestas para explicar esa ausencia son insatisfactorias (N D. NEWELL, The Nature of the Fossil record, en Procedings of the Amrican Philosophical Society) . Asimismo, D.I. Axelrod, uno de los mayores especialistas del mundo, acepta que éste es uno de los principales problemas no resueltos de la geología y la evolución. ( D. I. AXELROD, Evolution of the Psilophyte Paleoflora).

"Son muchas las maneras en que Dios procura dársenos a conocer y a ponernos en comunión con Él. La naturaleza habla sin cesar a nuestros sentidos. El corazón que esté preparado quedará impresionado por el amor y la gloria de Dios según lo revelan las obras de sus manos. (...) Las glorias de los cielos, hablan a nuestro corazón y nos invitan a conocer a Aquel que lo hizo todo."

E.G.White, El camino a Cristo

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