SECCIÓN VIII (8) LA OBRA DE LA CREACIÓN DEL UNIVERSO.

SECCIÓN VIII. 2: OBRA DE LA CREACIÓN DEL UNIVERSO EL CIELO REVELA A DIOS.

Los cielos cuentan la gloria de Dios. Y la expansión denuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra al otro día. Y una noche a la otra noche declara sabiduría. Sal. 91:1-2.

La comunidad científica, en su gran mayoría son evolucionista, no son creacionista. Si la comunidad científica declara que el universo tiene la edad Según la NASA (13,770.000.000 millones de años) y que todo se origino a través del Big Bang , por las matemáticas o por la física cuántica. 

Respetando la ideología de las persona y su manera de pensarla. Bajo el punto de un cristiano creemos en la Biblia, y en sus declaraciones. 
La pregunta es: ¿donde va el hombre después de la muerte? El hombre no tiene respuesta, pero la Biblia si la da. Nunca podrá la ciencia explicar la obra de la creación. 


¿Que ciencia puede explicar el misterio de la vida? La teoría de que Dios no creó la materia cuando saco al mundo a la existencia, no tiene fundamento. 

Al formar el mundo, Dios no se valió de la materia preexistente. Por el contrario, todas las cosas, materiales o espirituales, comparecieron ante el Señor Jehová a la orden de su voz y fueron creadas para el propósito de él. 

Los cielos y todo su ejercito, y todas las cosas que contienen, son sólo la obra de sus manos, sino que llegaron a la existencia por el aliento de su boca. 
El apóstol Pablo nos dice: “Por la fe entendemos haber sido compuestos los siglos por la palabra de Dios, siendo hechos lo que ven, de lo que no veían. 

¿No se puede entender que el Big Bang, pudo ser la palabra de Dios al crear el universo? Los mayores intelectos humanos no pueden comprender los misterios de Jehová Dios, que se revelan en el universo. Cierto es que hace sesenta años, la ciencia astronómica a dado un gran giro en la compresión del universo. 

Pero hay preguntas que no han sido contestadas todavía. Hay muchas hipótesis dentro de los astrónomos, muchas dudas sin resolver, muchas preguntas en el aire. La inspiración divina hace muchas preguntas que no pueden contestar el erudito más profundo. 

Estas preguntas no fueron hechas para que las pudiésemos contestar, sino para llamar nuestra atención a los profundos misterios de Dios, y enseñarnos que nuestra sabiduría es limitada, que en lo que rodea nuestra vida diaria hay muchas cosas que superan la comprensión de la mente finitas y que el juicio y el propósito de Dios son insondables. 

Su sabiduría es también insondable. Los escéptico se niegan a creer en Dios porque sus mentes finitas no pueden comprender el poder infinito por medio del cual él se revela a los hombres. 

Pero se le ha de reconocer más por que no revela de sí mismo que por lo que está abierto a nuestra compresión limitada. 
Tanto en la revelación divina como en la naturaleza y en el universo, Dios nos ha dejado misterios que exigen fe. (J.T. t. 3. p. 257).
Maranata.
Luis José de Madariaga.
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