Continuación de la Sección XXXVIII (38) Odisea Interestelar VIII Los infrarrojos y la radiación visible
LOS ULTRAVIOLETA
Tienen una longitud de onda más corta que el extremo violeta del espectro visible. El Ozono protege contra los rayos UV del sol. Esta radiación tiene una energía mayor.
Se dividen en tres grupos: A, B y C: UVA, UVB y UVC.
UVA: son los longitudes de onda que alcanzan la superficie terrestre, no siendo frenada por la capa de Ozono. Esta radiación tiene una longitud de onda más larga que las B y C, y más próxima a la radiación visible. Son una de las más peligrosas puesto que son las que penetran más profundamente en la dermis y causan envejecimiento prematuro de la piel como pueden ser manchas, arrugas; incluso cáncer. La cabinas de UVA emiten estas longitudes de onda, pero son aun más peligrosas que las del sol, puesto que aumentan el riesgo de sufrir cáncer de piel considerablemente, y ello porque las cabinas de rayos UVA emiten esas ondas con una mayor intensidad que el sol. El daño que provocan los rayos UVA en nuestra piel, dentro de nuestra dermis, no se notan a corto plazo pero sí a largo plaz, y son irreparables.
UVB: tienen más energía que los UVA y su longitud de onda es más corta; por lo tanto, es mucho más dañina. Esta es la responsable de los bronceados, penetran en la piel pero no tan profundamente como los UVA. Ellas son indispensables para la síntesis de la vitamina D. Se filtran fácilmente a través de la ropa y filtros solares. Son los que provocan las quemaduras solares, y también se cree que son los los responsables de la mayoría de cánceres de piel, junto a los UVA. A diferencia de los UVA, los UVB son absorbidas en su mayoría por la capa de Ozono, por las nubes también, pero hay parte que penetran también en la superficie, más aún con una capa de ozono debilitada.
UVC: Estos rayos tienen aún mayor energía que los UVA y los UVB, su longitud de onda es más corta. Se utilizan en la medicina como lámparas de rayos láser, eliminación de gérmenes o cicatrizar heridas. Son absorbidos en su totalidad por la capa de ozono.
Los rayos ultravioleta son necesarios para mantener la vida y para la formación de vitamina D, esencial para nuestros ojos, pero un desequilibrio en ese ajuste fino de la capa de ozono, en la cantidad de rayos UVA que recibimos procedentes de las cabinas UVA y diversos cosméticos que sirvan para broncear aumentando los rayos UVA que recibimos, las horas expuestas al sol sin la adecuada protección, pueden provocar enfermedades muy graves llegando hasta el cáncer y muerte.
LA CAPA DE OZONO
Fue descubierta en el año 1913 por los físicos franceses Henri Buisson y Charles Fabry, pero no fue hasta 1930 cuando el físico británico Sydney Chapman investigó los mecanismos fotoquímicos que producen la capa de ozono.
ODISEA INTERESTELAR IX
LOS RAYOS ULTRAVIOLETA Y LA CAPA DE OZONO
LOS ULTRAVIOLETA
Tienen una longitud de onda más corta que el extremo violeta del espectro visible. El Ozono protege contra los rayos UV del sol. Esta radiación tiene una energía mayor.
Se dividen en tres grupos: A, B y C: UVA, UVB y UVC.
UVA: son los longitudes de onda que alcanzan la superficie terrestre, no siendo frenada por la capa de Ozono. Esta radiación tiene una longitud de onda más larga que las B y C, y más próxima a la radiación visible. Son una de las más peligrosas puesto que son las que penetran más profundamente en la dermis y causan envejecimiento prematuro de la piel como pueden ser manchas, arrugas; incluso cáncer. La cabinas de UVA emiten estas longitudes de onda, pero son aun más peligrosas que las del sol, puesto que aumentan el riesgo de sufrir cáncer de piel considerablemente, y ello porque las cabinas de rayos UVA emiten esas ondas con una mayor intensidad que el sol. El daño que provocan los rayos UVA en nuestra piel, dentro de nuestra dermis, no se notan a corto plazo pero sí a largo plaz, y son irreparables.
UVB: tienen más energía que los UVA y su longitud de onda es más corta; por lo tanto, es mucho más dañina. Esta es la responsable de los bronceados, penetran en la piel pero no tan profundamente como los UVA. Ellas son indispensables para la síntesis de la vitamina D. Se filtran fácilmente a través de la ropa y filtros solares. Son los que provocan las quemaduras solares, y también se cree que son los los responsables de la mayoría de cánceres de piel, junto a los UVA. A diferencia de los UVA, los UVB son absorbidas en su mayoría por la capa de Ozono, por las nubes también, pero hay parte que penetran también en la superficie, más aún con una capa de ozono debilitada.
UVC: Estos rayos tienen aún mayor energía que los UVA y los UVB, su longitud de onda es más corta. Se utilizan en la medicina como lámparas de rayos láser, eliminación de gérmenes o cicatrizar heridas. Son absorbidos en su totalidad por la capa de ozono.
Los rayos ultravioleta son necesarios para mantener la vida y para la formación de vitamina D, esencial para nuestros ojos, pero un desequilibrio en ese ajuste fino de la capa de ozono, en la cantidad de rayos UVA que recibimos procedentes de las cabinas UVA y diversos cosméticos que sirvan para broncear aumentando los rayos UVA que recibimos, las horas expuestas al sol sin la adecuada protección, pueden provocar enfermedades muy graves llegando hasta el cáncer y muerte.
LA CAPA DE OZONO
Fue descubierta en el año 1913 por los físicos franceses Henri Buisson y Charles Fabry, pero no fue hasta 1930 cuando el físico británico Sydney Chapman investigó los mecanismos fotoquímicos que producen la capa de ozono.
El ozono es un gas que se compone por tres átomos de oxígeno. La luz ultravioleta del sol interactúa con las moléculas de oxígeno gaseoso de nuestra atmósfera (dos átomos de oxígeno: el que respiramos) y separa esa molécula de oxígeno que respiramos en átomos de oxígeno (como si dividiera la molécula de oxígeno), y esos átomos de oxígeno, llamado oxígeno atómico, se combina con moléculas de oxígeno (el que respiramos) y forman el ozono, formado por tres átomos de oxígeno.
Se sitúa a entre 15 y 40 kilómetros de altitud, absorbiendo entre un 97% y un 99% de los rayos UV.
Se sitúa a entre 15 y 40 kilómetros de altitud, absorbiendo entre un 97% y un 99% de los rayos UV.