SECCIÓN XCIX (99) ODISEA INTERESTELAR XXXI
El misterio de la vida
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Este es el más grande misterio, que tanto creacionistas como
evolucionistas intentan comprender; si bien los creacionistas tenemos idea de
cómo surgió la vida, los evolucionistas siguen preguntándose y siguen
teorizando acerca de ello.
Para el filósofo griego TALES (624-547 a.C.) la vida nace a partir de la
materia eternamente viva y eternamente cambiante. La vida es inherente a la
materia.
Podríamos decir que tiene algunos rasgos que son verdaderos; la vida
proviene de Dios, un Dios eterno.
Para Demócrito (460-370 a.C.) ésta se compone de una multitud de
pequeñísimas partículas dotadas de movimiento constante y separadas unas de
otras por espacios vacío. En este movimiento permanente estaría el origen de
todas las cosas e incluso de la vida.
No iba mal encaminado Demócrito, nosotros estamos hechos de pequeñas
partículas, dotadas de movimiento constante y separadas unas de otras por
espacios vacíos, es decir, átomos; estamos formados por átomos, por átomos que
tienen una estructura con un gran vacío, los átomos son 99.99% vacío, pero, a
su vez, están hechos de otras partículas más pequeñas; estos átomos vibran, se
mueven, están hechos, en definitiva, de energía; y si la teoría de cuerdas tan
famosa fuera, en realidad, correcta, esas partículas más pequeñas que los
átomos estarían formados por hilos de energía; estamos hechos en realidad de
energía; de la energía creadora de la palabra de Dios.
Fue Aristóteles (384-322 a.C.) quien incorporó en su sistema la noción
de generación espontánea, como origen de la vida; hizo un análisis teórico
bastante profundo y logró influir en varias generaciones de pensadores que le
siguieron; tuvo tanto impacto que ha sido base para los evolucionistas y para
creación de teorías científicas con base en esta idea, sin embargo, su origen
era meramente filosófico.
Hoy día esta idea está desechada por científicos incluso evolucionistas
debido a que Pasteur demostró definitivamente que una vida proviene de otra. Y
es curioso, podríamos decir que estamos de acuerdo; nuestra vida proviene de
Dios, de otra vida.
Los evolucionistas defienden la biogénesis, la vida proviene de otra
vida; todos los organismos proceden de organismos del mismo tipo y nunca de
materia inorgánica. Y aquí entra Darwin.
En 1859 Charles Darwin defendía que los organismos avanzados habían
evolucionado gradualmente a partir de otros más simples mediante un proceso de
selección natural. Si los organismos avanzados podían desarrollarse por sí
mismos a partir de los simples, ¿por qué no podría la vida originarse sola? Lo cierto es que ningún científico tenía ni idea en aquella época de lo
complejos que eran los organismos de menor tamaño.
En la actualidad es admitida el neodarwinismo, teoría que postula las
mutaciones y la selección natural. Pero lo cierto es que las mutaciones plantean
problemas; las modificaciones que provoca nunca hace aparecer nuevas especies,
y generalmente es un foco de problemas como cánceres y diversas enfermedades.
Además, supongamos por un momento que fuera cierta la evolución, ¿por
qué no se producen transiciones de una especie a otra actualmente? Muchos afirmaron
que las condiciones de hoy y del pasado son distintas, o que la evolución
disminuye a medida que las especies envejece,
incluso que estamos en un punto muerto.
Cinetíficos como Lwoff ( A. Lwoff, Evolution physiologique, Hermann,
Paris, pag. 205) afirma este dato interesante:
"Como todas las demás especies animales, la
especie humana camina hacia su extinción, a menos que el desarrollo de las
ciencias físicas permita introducir en el patrimonio hereditario un material
que contrapese la tendencia natural a la degradación. Esta es la esperanza que
pueden albergar quienes desean la persistencia de la especie humana."
Podemos darle la razón a este científico, en el sentido de estar de
acuerdo en que la especie humana camina hacia su extinción y que existe una
tendencia a la degradación.
Desde la caída en pecado de Adán y Eva, el ser humano ha experimentado
una degradación de sus facultades físicas y morales, una degradación que
especialmente se ha ido acentuado más en el último siglo y en el presente; Elena
Gould White lo afirmó en varios escritos suyos acerca de los últimos tiempos.
Satanás ha conseguido engañar al mundo y malinterpretar tanto el origen
de la vida como la decadencia de nuestra especie.
Con respecto al verdadero origen de la vida, y al sentido de la vida,
decimos lo siguiente:
"Pero apartándonos de todas las representaciones
menores, contemplamos a Dios en Jesús. Mirando a Jesús, vemos que la gloria de
nuestro Dios consiste en dar. "Nada hago por mí mismo," dijo Cristo;
"me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre." "No busco
mi gloria," sino la gloria del que me envió. En estas palabras se presenta
el gran principio que es la ley de la vida para el universo. Cristo recibió
todas las cosas de Dios, pero las recibió para darlas. Así también en los
atrios celestiales, en su ministerio a favor de todos los seres creados, por
medio del Hijo amado fluye a todos la vida del Padre; por medio del Hijo
vuelve, en alabanza y gozoso servicio, como una marea d amor, a la gran Fuente
de todo. Y así, por medio de Cristo, se completa el circuito de beneficencia,
que representa el carácter del gran Dador, la ley de la vida." El Deseado de Todas las Gentes, p. 12.
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Bibliografía:
Ariel A. Roth, La Ciencia descubre a Dios
Jean Flori, Henri Rasolofomasoandro, ¿Creación o Evolución?
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