martes, 9 de abril de 2019

SECCION 106. La Tierra (1) El origen de la vida

SECCIÓN 106

La Tierra (1)

El origen de la vida



"De la misericordia de Jehová está llena la tierra"

Salmos 33.5



Según evolucionistas las dos clases principales de formas de vida son: procariotas, células pequeñas relativamente sencillas, y eucariotas, más grandes y con núcleo en sus células. Se tienen por formas complejas de vida a las eucariotas, no así a las procariotas. 


Pero en el año 1977, Carl Woese propuso subdivisión basándose en sus diferencias estructurales y genéticas:


Eucariotas, bacterias y arqueobacterias (las dos últimas son procariotas: las denominadas formas sencillas de vida).


Los procariotas son de tamaño microscópico, no tienen núcleo, y tienen una reproducción asexual por medio de la fisión binaria o bipartición. A esto, Douglas Palmer, en su libro llamado Tierra, 100 descubrimientos que cambiaron el curso de la historia, dice: "aun con esta simplicidad, los procariontes tienen tanto éxito que, según algunos cálculos, tanto un cuerpo animal como vegetal pueden contener más procariotas que células."


Así que, según esto, estos microorganismos son sencillos; lo cierto es que es distinta y algo menos compleja que las eucariotas, pero no sencilla, ¿por qué? porque, aunque no tengan un núcleo, sí tiene material genético, es decir, tienen información genética, tienen ADN. El ADN tiene funciones vitales y para el desarrollo del su ciclo vital, es información básica de la vida. Su ADN es circular y se encuentra disperso en el citoplasma, a diferencia de las eucariotas el cual su ADN se encuentra en el núcleo y es lineal.


Las procariotas tienen una pared celular con función protectora; bajo ella tiene la membrana plasmática, ahí la bacteria realiza todas sus funciones; suelen tener una capa más protectora (cápsula). Llevan un flagelo que proporciona movilidad a la procariota.

Tienen ADN que forma la región del nucleoide (similar al núcleo);  y tienen también otra estructura circular de ADN, están diferenciados del ADN principal, y contiene información que le confiere resistencia a antibióticos, entre otros, y se le llama plásmido (fragmentos de ADN externo del ADN principal); hay ribosomas y tienen también reservas de sustancias que le ayudan a sobrevivir en casos de necesidad, y se les llaman Inclusión Bacteriana. 


Importante a destacar es el motor del flagelo de la procariota; el flagelo es el motor que le permite moverse a la procariota. Es en realidad una maravilla de la ingeniería; y es llamada la máquina más eficiente del universo: pueden llegar a girar a 100.000 revoluciones por minuto, tiene un mecanismo complejo que le permite recibir información del medio en que se encuentra; a pesar de girar a esa velocidad pueden detenerse en seco; solo necesitan un cuarto de vuelta para detenerse y cambiar el sentido de giro y comenzar a girar a 100.000 revoluciones por minuto en la otra dirección; tiene una gran cantidad de piezas, por llamarlas así, que son imprescindibles para su movimiento. Esto es llamada complejidad irreductible: se tiene una multiplicidad de piezas dentro de una célula, y todas ellas son necesarias para la función de la célula, es decir, si eliminas una pieza, eliminas su función. 



Bien, a pesar de esto, del ADN, de las distintas partes de la célula, y de este complejo motor, las procariotas son llamadas células simples. Es verdad, son algo menos complejas que las eucariotas, pero no por ellos deberían ser llamadas simples si están formados de partes que son interdependientes.


Las mitocondrias sin la característica distintiva principal de las células eucariotas, tienen un papel en la generación de la energía nuclear y presentan rasgos de las procariotas. Así que los evolucionistas propusieron que las mitocondrias se originaron a partir de procariotas que invadieron la ancestral célula eucariota y se integraron en ella.


Pick Lane, del londinense University College, y William Martin, de la Universidad de Dusseldrf, has sugerido que, si bien el paso de sencillos procariotas a complejos eucariotas fue un evento único, no ocurrió como resultado de la acción de la selección natural, sino que fue consecuencia de un repentino salto bioenergético en la capacidad de su genoma. Según ellos, la presencia de mitocondrias en casi todas las eucariotas demuestra que mitocondrias y células comparten en todo caso un origen común. Douglas Palmer menciona que la presencia de las mitocondrias pudo haber causado este importante salto evolutivo hacia adelante. 
 
Las mitocondrias generan la mayor parte de la energía celular química y está implicada en otras funciones vitales de la célula. A pesar de servir para los evolucionistas como salto evolutivo entre lo aparentemente sencillo y lo complejo, lo cierto es que las mitocondrias tienen partes muy complejas e interdependientes y funciones igualmente complejas. 
 
En la segunda mitad del siglo XIX, tras la publicación de El origen de las especies de Darwin, se creyó que en las rocas de épocas anteriores a la de la aparición de las formas más complejas de vida pronto se encontrarían restos fósiles de organismos primitivos, es decir, en las rocas precámbricas, ya que las primeras formas de vida se encuentran en las rocas cámbricas.



Darwin escribió lo siguiente: "La dificultad para explicar con razones válidas la ausencia de amplios asientos de capas fosilíferas, por debajo de las formaciones del sistema cámbrico superior, sigue siendo enorme." (Origen de las Especies, pág. 385).


Ya en 1929 el paleontólogo M. Caullery expresaba su decepción: "Podía esperarse que la paleontología hubiera conservado, en los estratos más antiguos, no sólo ciertas formas primitivas, sino incluso conjuntos faunísticos correspondientes a fases iniciales de la evolución. Esta esperanza no se ha cumplido" ( M. CAULLEY, Les aspects principaux actuels du probléme de l'évolution, en  L'évolution en biologie, Paris, 1929, Pág. 11).


No obstante se han descubierto algunos indicios de vida en las capas precámbricas; los primeros fósiles precámbricos se hallaron en la década de 1950, en el chert de Gunflint, una formación de rocas en hierro bandeado: se encuentran en los estratos del principio del Precámbrico y presentan una característica alternancia de franjas de hematíes rojos con chert silícico y esquistos arcillosos; hoy valiosa fuente de mineral de hierro, de su formación se deduce que se crearon en aguas carentes de oxígeno.


Los restos que se encontraron se considera que pertenecieron a microbios de fotosíntesis llamados cianobacterias: una especie de microbios capaces de realizar fotosíntesis como las plantas actuales. Aunque ya no son los fósiles más antiguos, porque en un reciente descubrimiento en las galerías de la mina de oro de Agnes, son clasificados como acritarcos: incluyen restos de una amplia variedad de clases de organismos, bacterias, arqueas o eucariotas, (las células que mencionamos anteriormente), pero su origen sí que es incierto. Bien afirman Jean Flori y Henri Rasolofomasoandro en el libro ¿Evolución o Creación?*1, que se tratan de organismos microscópicos, pero cuyo elevado de nivel de complejidad asombra, y que no tienen nada de primitivo. Ya vimos solo la supuesta célula sencilla, la complejidad que tiene.
 
Si los evolucionistas tuvieran razón debería encontrarse, justo en estas capas del precámbrico, los antepasados de las numerosas y ya muy diversificadas especies existentes en el Cámbrico. En efecto, como menciona L. MORET en su libro Précis de géologie, Paris, 1967, pág. 314, ed. 5ª.: "La fauna se completa y puede decirse que ya desde esta época existen las líneas maestras de la clasificación. En consecuencia, fue mucho antes del Cámbrico, probablemente durante el Precámbrico, cuando quizá tuvo la fase principal de la evolución, la responsable de la individualización de esos grupos primordiales." Pero no hay ni rastro. 


¿Cómo explicar esta extraña ausencia, teniendo en cuenta que el Precámbrico habría durado varios cientos, incluso miles de millones de años? Los depósitos precámbricos son numerosos y a veces alcanzan considerables espesores, de orden de 1.000 a 1.500 metros. ¿Es razonable creer que, durante todo ese tiempo en tanta cantidad de depósitos, no se fosilizara ninguna de esas formas vivas en proceso de evolución progresiva?


*1 "He aquí un duro golpe para la doctrina evolucionista, que debería, lógicamente, haber enfriado los ánimos respecto a dicha tesis. Pero, a pesar de todo, subsistió. En lugar de abandonar una teoría que no se ajustaba a los hechos, se conservó y se trató de explicar por qué los hechos no concordaban con ella. Así se imaginaron todo tipo de razones para justificar esta laguna."


Entre las razones destacamos dos:


1. Se supuso que los primeros organismos tenían un cuerpo blando, sin esqueleto, y por tanto imposible de fosilizare.


Y efectivamente, así lo afirma el evolucionista Douglas Palmer "Como todos los organismos precámbricos tenían un cuerpo blando, no debe extrañar que no se preservaran. Además, cuanto más antiguas sean las rocas, menor es la probabilidad de que se hayan conservado sin sufrir extensas transformaciones o distorsiones."


Pero se conocen fósiles de animales de estas características, con cuerpo blando, procedentes de otras capas. Además, dicha suposición no explica la brutal aparición de todos los animales con caparazón o esqueleto en capas superiores.


2. Se pensó en justificar esta ausencia mediante el metamorfismo, que habría sido la causa de la destrucción de los fósiles representantes de los primeros esbozos rudimentarios de la vida. La explicación era ingeniosa, porque de este modo podía afirmarse: las formas vivas primitivas existieron, pero sus fósiles han desaparecido en el metamorfismo. Nunca se encontrarían. Como escribía E. Guyénot, "los archivos más antiguos de la vida están, pues, perdidos para siempre" (E. GUYÉNOT, Deux problèmes insolules de la biologie transformiste, Ginera, 1950, pág. 21.)


El metamorfismo es transformación sin cambio de estado (solido a líquido, líquido a gas, gas a plasma, etcétera) de la estructura o la composición química o mineral de una roca cuando queda sometida a condiciones de temperatura o presión distintas de las que la originaron o cuando recibe una inyección de fluidos.


Por desgracia, se ha demostrado después que existen numerosas capas precámbricas que jamás han experimentado metamorfismo y son, pues, perfectamente aptas para la fosilización, por lo que deberían encontrarse fósiles primitivos. Pero no aparecen, lo que constituye un enigma para los evolucionistas. Así, el profesor N.D. Newell, de la Universidad de Columbia, reconoce que todas las teorías expuestas para explicar esa ausencia son insatisfactorias (N D. NEWELL, The Nature of the Fossil record, en Procedings of the Amrican Philosophical Society) . Asimismo, D.I. Axelrod, uno de los mayores especialistas del mundo, acepta que éste es uno de los principales problemas no resueltos de la geología y la evolución. ( D. I. AXELROD, Evolution of the Psilophyte Paleoflora).


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