EL DILUVIO
Antiguo y nuevo mundo
El diluvio duró aproximadamente un año. Un año de alteraciones intensas sobre las que no tenemos idea alguna. El alcance del diluvio, efectivamente, no corresponde sólo a las lluvias (que más bien debían ser trombas de agua). La Biblia habla de las "fuentes del gran abismo", donde es posible ver el surgimiento de las "aguas juveniles" de que hablan los geólogos, es decir, aguas contenidas en las capas de la tierra, y que pudieron condensarse en la superficie con ocasiones de gigantes explosiones volcánicas.
El diluvio fue un cataclismo mundial de un alcance desmesurado: hasta el punto en que las aguas cubrieron todas las montañas de entonces, que por los demás podrían ser de escasa altitud. Es evidente que el mundo actual no tiene nada que ver en su configuración con el mundo antediluviano. Las montañas actuales resultan de movimientos tectónicos considerables que han elevado a enormes altitudes sedimentos depositados en el fondo de los mares. Inversamente, los océanos actuales se abrieron durante el diluvio. La extensión actual de los mares (4/5 del globo) y su considerable profundidad bastan para recoger el conjunto de aguas del diluvio. Si toda el agua de los océanos se repartiera por el globo al mismo nivel cubriría un espesor de más de 3000 metros. Es decir, que, en la época del diluvio, con mares de 1000 metros de profundidad, se habrían sumergido montañas de 2000 Metros. Más que suficiente.
La erosión despojaba de materiales a los continentes de entonces y depositaba sus sedimentos en el fondo de los antiguos océanos. La consecuencia necesaria de ello fue un desequilibrio isostático que los geólogos han descrito en todos los manuales de geología. Las regiones cargadas de esos sedimentos se hundieron más, mientras que las regiones continentales que se erosionaban eran aligeradas por la erosión y tendían a levantarse. Resultado de todo ello fueron unas tensiones en la corteza que provocaron seísmos y tendencias al volcanismo en las regiones de contacto, es decir donde las plataformas se aligeraban y se levantaban en contraposición de las que se hundían. Enormes fallas debieron abrirse entonces, permitiendo un volcanismo fisural. Al mismo tiempo, el levantamiento de las regiones reactivaba la erosión cuya fuerza aumentaba con la altitud.
Cuando la erosión fue máxima, a la antigua corteza que formaba los antiguos continentes, continuamente alzada y aligerada, llegaría a tener un espesor muy pequeño, incluso nulo en algunos lugares. Por el contrario, las regiones que formaban los mares antediluvianos, sobrecargadas de los sedimentos que depositaban en ellas las corrientes marinas, se hundían cada vez más en el fondo marino, que, repetido, subía a las regiones formadas por los antiguos continentes, tendiendo así a elevar aún más la fina capa que quedaba. Al mismo tiempo, en las regiones de contacto entre la corteza continental antigua y la corteza marina antigua el magma podía beneficiarse de fracturas gigantes y expandirse en láminas basálticas que, como se sabe, han formado vastos depósitos en el curso de las erupciones terciarias y actuales.
Este metamorfismo pudo realizarse en un breve lapso de tiempo, a
SIAL: CAPA GRANÍTICA O CORTEZA CONTINENTAL: es la estructura rocosa que forma los continentes.
SIMA: CAPA BASÁLTICA O CORTEZA OCEÁNICA: es la estructura sobre la cual reposa el Océano Mundial y el bloque continental de granito.
El SIAL y el SIMA son las dos grandes estructuras de la corteza terrestre, separados por la discontinuidad de Conrad.
Por otro lado, con respecto a la magmatización, en el mismo estadio, pero esta vez en la base de la capa de Sial, tuvo lugar otra transformación. Esta capa de Sial, profundamente hundida en el magma más denso, estaba sometida a tales presiones y temperaturas que pudo producirse el fenómeno que los autores anglosajones denominan "magmatic shopping": gruesos fragmentos de rocas se disgregaron en el centro del magma. Cayeron en éste, donde fueron "digeridos". El magma llenó inmediatamente los vacíos así creados para avanzar hacia arriba.
Alicado a las capas bajas del Sial, el fenómeno de "magmatización" pudo ser responsable de la inversión de las fuerzas y de la orogénsis. En efecto, al haberse transformado en magma una gran cantidad de la antigua corteza, ésta resultó considerablemente aligerada. Además, sufrió el empuje vertical debido al metamorfismo.
Se comprende entonces que en ese estadio las regiones oceánicas, hasta ese momento en subsidencia, iniciaron el camino ascendente. Así nacieron las "balsas" continentales formadas por una espesa corteza (resto de la corteza antediluviana) recubierta de las capas sedimentarias que se depositaron cuando la región se hallaba en subsidencia. A éstas se añadieron, todavía durante algún tiempo, los depósitos de los sedimentos en suspensión en las aguas que cubrían aún la totalidad de la tierra.
Según esta hipótesis los continentes actuales serían, pues, los antiguos mares antediluvianos, que actuaron como cuencas de sedimentación, mientras que los actuales océanos se formaron, como tales, en una época del proceso correspondiente a la era Terciaria. Es únicamente entonces que la erosión cesó en las regiones de los antiguos continentes y fue sustituida por la sedimentación. Pero esta "elevación" de las regiones oceánicas no se hizo sin trastornos considerables de la corteza. Los grandes movimientos tectónicos comenzaron.
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