martes, 21 de marzo de 2017

SECCIÓN XIV (14) 3: LA OBRA DE LA CREACIÓN DEL UNIVERSO.


CONTINUACIÓN DE LA SECIÓN  XII (13).
Y Jehová te de entendimiento y prudencia, para que cuando gobiernes a Israel, guardes la ley de Jehová tu Dios.(1ª Cron. 22:12)

Creía en Dio como judío, y sabia que el universo fue creado por Dios. Inteligencia, conforme a las diferentes experiencias probadas y comprobadas en distintas áreas grupales, es el arte de discernir, discriminar, entender y diferenciar las cosas.
En el siglo XX aparece la teoría de la relatividad, como una fuerza invisible, sino como una distorsión del propio espacio tiempo, provocada por los cuerpos que este contiene. Cuanto más masivo sea un objeto, mayor distorsión provoca y a nosotros nos atrae con mayor fuerza. 

Einstein también sugería que el espacio y el tiempo no son dos facetas distintas de la realidad, sino que forman una misma entidad: el tejido espacio-tiempo. Por tanto, los cuerpos masivos no sólo distorsionan el espacio a su paso, sino también el transcurso del tiempo en el volumen que su campo gravitatorio abarca. 
La observación demostraron que el modelo de Einstein predecía con exactitud todo lo que no conseguir de Newton. 

La teoría de Einstein había acertado, por lo que esta idea de que el espacio-tiempo forma parte de lo mismo que el ritmo al que transcurre el tiempo no tiene por qué ser constante tenía que ser correcta. (Aun se considera que lo es). 

¿Y todo esto que tiene que ver con la teoría de las cuerdas? Mucho, cada una de las cuatro fuerzas fundamentales puede ser explicadas con su propia teoría pero, desde el mediado de siglo pasado. 

Se ha intentado unir estos cuatro tipos de interacciones tan distinto en una sola teoría bajo la premisa de que debe existir algún fenómeno en común detrás de todas ellas que provoque las distintas fuerzas o tipos de Interacciones.  

Hasta ahora se ha conseguido unir el electromagnetismo, la fuerza nuclear fuerte y la débil bajo una misma teoría, llamada el modelo estándar de la física de partículas. 

Esto es equivalente a decir que hemos encontrado la causa que se manifiesta en estás tres fuerzas distintas. Todos sabemos que la materia esta compuesta de diminutos pedazos invisible. 

Pero es Dios que da la sabiduría al hombre. (Ecl. 2:26). La inteligencia, conforme a las diferentes experiencias probadas y comprobadas en distintas áreas. . . es el arte de discernir, entender y diferenciar las cosas. 

Esto lo pone Dios en el hombre. Einstein como creyente así lo creía. En 1897 J. J. Thompson descubrió que podía alterar la trayectoria de los rayos catódicos utilizando campos magnéticos. 

En 1911, Rutherford se dio cuenta de que esta distribución de la masa de un átomo no podía ser correcta y que la carga positiva debía estar concentrada en el centro, mientras que la carga negativa daba vuelta alrededor de manera similar a la que los planetas lo hacen al rededor del sol.
Maranata.
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