martes, 7 de agosto de 2018

SECCIÓN LXVII (77) ODISEA INTERESTELAR XX: EL ENIGMA DE LAS ESTRELLAS PARTE 8: LA VÍA LÁCTEA, UNA LECCIÓN DE FE

SECCIÓN LXXVII (77) ODISEA INTERESTELAR XX

EL ENIGMA DE LAS ESTRELLAS

PARTE 8: LA VÍA LÁCTEA, UNA LECCIÓN DE FE



¿NO ESTÁDIOS EN LAS ALTURAS DE LOS CIELOS? MIRA LO ENCUMBRADO DE LAS ESTRELLAS, CUÁN ELEVADAS ESTÁN" (Job 22.12).



Hasta ahora hemos recorrido un tramo realmente pequeño de nuestro universo, pero una infinidad queda más allá, una infinidad que se pondrá pronto a nuestro alcance. La cita de Elena White, lema de este proyecto, es perfecta para la ocasión.: "Todos los tesoros del universo de ofrecerán al estudio de los redimidos de Dios. Libres de las cadenas de la mortalidad, se lanzan en incansable vuelo hacia lejanos mundos..." (Conflicto de los Siglos, p. 736)

En medio de la noche Dios sacó a Abraham para que viera las estrellas. Lo que Abraham seguro vio la inmensidad de la Vía Láctea, las innumerables estrellas que pueblan el cielo nocturno y se asombró de lo grande que era lo que Dios le prometía. Quién de nosotros no desconfiaría de semejante cosa, quién de nosotros no se preguntaría cómo sería posible lo imposible. No hay promesa de Dios que nos parezca en algún momento de nuestras vidas, como imposible de cumplir, pero he aquí que Abraham lo tuvo muy claro. Nos dice la Biblia que creyó a Jehová, y le fue contado por justicia, mientras Abraham tenía ante sí entre unas 500.000 millones y 1 billón de estrellas que pueblan el firmamento nocturno en la Vía Láctea.

"La raíz del verbo traducido como "creyó" es la palabra "amén". La idea es de firmeza, de un fundamento. Cuando Dios pronunció la promesa, Abram dijo "Amén", es decir, edificó en Dios, tomando la palabra de Dios como seguro fundamento. Dios prometió a Abraham una gran casa. Pero esa casa había de ser edificada en el Señor, y así lo comprendió Abraham, que comenzó a edificar sin demora. (...) "Y Abram creyó al Señor, y eso se le contó por justicia". ¿Por qué? - Porque fe significa edificar sobre Dios y su palabra, y eso significa recibir la vida de Dios y de su palabra. (...) El fundamento es un fundamento viviente, de quien reciben vida los que vienen a él, de forma que la casa que se edifica es una casa viva. Crece a partir de la vida de su fundamento. Pero el fundamento es recto: "Jehová mi fortaleza, es recto y... en él no hay injusticia" (Salmos 92.15). Por consiguiente, dado que fe significa edificar en Dios y su santa palabra, resulta que la fe ha de ser justicia para quien la posea y ejercite. Jesucristo es el origen de toda fe". (Historia de "El pacto eterno" (E.J. Waggoner) Ron Duffield.)

Esta clase de lecciones podemos aprender mirando al cielo, recordando que Abraham "creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido; por lo cual también su fe le fue contada por justicia. Y no solamente con respecto a él se escribió que le fue contada, sino también a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación." (Romanos 4.18-25)

Una lección fe.
 

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